Se trata de una ruta de 200 kilómetros, siempre por carreteras secundarias y casi siempre por zonas montañosas, que consta de varios sectores y precisa unas 4 horas.

Inicio de la ruta, en una gasolinera a las afueras de Sagunto

El primer sector desde Gandía hasta Segorbe no tiene mayor interés. Sin embargo, el sector que va desde Segorbe  hasta Manzaneruela, población a orillas del Turia en el límite entre la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, serpentea por los contrafuertes meridionales de la sierra de Javalambre, en permanente ascenso y descenso.

Entre Segorbe y Manzaneruela
Entre Segorbe y Manzaneruela II

Hasta Aras de Olmos, el recorrido es una sucesión de humildes puertos y pequeñas llanuras, valles con terrazas donde se alinean los frutales, y aldeas y pueblecitos, como Alpuente. Durante todo el tiempo espléndidas vistas a la sierra de Javalambre y la serranía de Cuenca.

Almendros.
Almendros II

En Aras de Olmos se inicia un descenso muy pronunciado a media ladera de un profundo barranco sobre el río Turia que corre, recién nacido, por el fondo. Un puente de altos vuelos lleva la carretera de una vertiente a la de enfrente, en el punto más espectacular de toda la ruta. Se trata del puente de Santa Cruz de Moya, ya en la provincia de Cuenca.

Puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia.
Puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia II
El río Turia corre, recién nacido, por el fondo
El río Turia corre, recién nacido, por el fondo II
La carretera, a media latera, en la otra vertiente.

Poco después se llega a Manzaneruela, donde termina este sector, y a partir de ahí se entra en un tramo de transición de unos 25 km, entre dos áreas netamente montañosas. Eran cerca de las 17h cuando paré a comer en Landete, en una plazuela junto a un puente sobre el río de Algarra. Tenía hambre y disfruté especialmente esa comida al aire libre, junto al río, bajo un sol que no llegaba a quemar.

Comida en Landete, junto al río.
Comida en Landete, junto al río II

En Landete tomé la CM 215 hasta pasado Boniches, donde se toma la N-420, que nos lleva hasta Cuenca por unos 40 km, en los que se alternan grandes rectas con tramos de vueltas y revueltas en un territorio llano pero elevado, una altiplanicie que invita al motorista al vuelo rasante.

Recta en la altiplanicie. Vuelo rasante.

Llegué a Cuenca sobre las 20h y estaba bastante cansado. En realidad, el día había empezado hacía 12 horas en la provincia de Teruel, y esta era la segunda ruta del día. Por la mañana ya había hecho la Ruta 24, que os cuento en otro artículo. 

Había reservado habitación en un hotel funcional, donde me dieron una habitación interior sin ningún encanto, pero con un buen baño y una excelente cama. Metí la moto en el garaje, y aún vestido de motorista me fui a la gasolinera de la esquina para comprar pan, vino y cacao para los labios; además necesitaba cambiar para pagar el parking. El tío de la gasolina era un gilipollas y no me quiso cambiar, decía que no tenía mucho cambio y quedaba mucho fin de semana por delante… que le den por culo. Pagué con tarjeta y enfrente, encontré una frutería abierta donde sí me cobraron en metálico. Al hotel, a la ducha, y a cenar cómodamente en la habitación bebiendo vino cosechero y escuchando en Canal Sur Radio el Sevilla – Celta. Empate a 2. Los vigueses nos empataron en el minuto 93, que coraje. Era el segundo partido de Mendilíbar, lo mejor estaba por llegar. En otra ocasión visitaré las Casas Colgantes.

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